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Buscador · Informe de cuentos · «Las tres naranjas y algunas gotas de agua. Cuadro oriental »

Título: «Las tres naranjas y algunas gotas de agua. Cuadro oriental»
Variantes del título:
Autor: Sazatornil, Juan Antonio - ()
Revistas: Semanario Pintoresco Español, -, 32 (12 de agosto de 1855), pp. 253-254.
El Museo Universal, IV, 42 (14 de octubre de 1860), pp. 331-334.
Volúmenes:
Variantes:
Resumen: Aboo-Nacib, el ser más mezquino y tacaño de Teherán, posee un hermoso jardín con las mejores naranjas de Persia. Incluso su señor, el Sach de Persia, no ha podido resistirse a que le provea la mesa de palacio con sus apreciadas naranjas a cambio de enormes riquezas. Hasta que un día, el avaro, movido por una codicia sin límites, decide negar la provisión a su señor argumentando que su jardín ha sido saqueado y sus naranjas robadas. Entretanto Agu-aua, un negro fornido y musculoso, ofrece a Aboo-Nacib puñados de diamantes por cada una de sus naranjas. Cuando solamente quedan tres, el codicioso Aboo-Nacib le dice a su misterioso comprador que únicamente podrá hacerse con ellas si le conduce al lugar de donde extrae sus riquezas. Agu-aua acepta y, tras varios días de travesía por el desierto, llegan ambos a una gruta que esconde un enorme tesoro. Ante la mirada atónita de Aboo-Nacib, Agu-aua le confiesa que aquel tesoro que tiene ante sus ojos no es otro que el de su señor, el Sach, y que él, su esclavo, no es sino el encargado para dar a quien ha osado engañarle su merecido castigo. Cuando el esclavo negro va a descargar su cimitarra sobre Aboo-Nacib, la aparición de la esposa del Sach, a quien el avaro socorriera en el pasado con tres gotas de agua de la abrasadora sed del desierto, le salva de una muerte segura. Pero no por ello elude el castigo de su soberano: Aboo-Nacib es condenado a vivir encerrado en aquella gruta. Abandonado y solo, con todas aquellas riquezas a su alrededor, acaba loco.

Temas, motivos y tipos: Avaricia. Codicia. Engaño. El tesoro escondido. Castigo.
Aspectos formales: La historia se sitúa en Teherán en un tiempo indeterminado. El narrador omnisciente destaca por sus descripciones pormenorizadas de los objetos, como es característico en cuentos de ambientación oriental de Juan de Salduba, seudónimo con el que firma también el autor. El estilo indirecto predomina en la voz narrativa por encima de los diálogos, siempre introducidos por verbos «dicendi». La acción lineal y su desenlace ejemplar se rematan con una moraleja tintada de ironía: «Téngase averiguado que la felicidad y la avaricia no son tan antípodas como hasta aquí se ha creído».

Sección:
Observaciones: En la publicación del Semanario Pintoresco Español la narración se firma con el seudónimo Juan de Salduba. En la primera página del cuento se incluye un grabado que nada tiene que ver con la historia de Salduba, puesto que en realidad corresponde, como se indica a pie de ilustración, al relato que principia en la página siguiente («Aventuras de un loco coronado»).


La versión de El Museo Universal se firma con el nombre del autor.

Clasificación genérica: Moral. Oriental.

Jaume Pont

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