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Antonio Rotondo

 

Antonio Rotondo y Rabasco nació el 8 de noviembre de 1808 en Madrid. Hijo del celebérrimo dentista José Rotondo Marcenara, continuó con el oficio de su padre, aunque amplió sus horizontes profesionales como «empresario, autor dramático, pintor e historiador», según señala Ossorio y Bernard, y se convirtió en uno de los más prestigiosos anestesistas del panorama nacional del siglo XIX –publicó diversos textos científicos de dicha especialidad, como su Tratado completo de la extracción de los dientes, muelas y migones, y modo de limpiar la dentadura (1846), v. gr.

 

Mostró gran afición por el arte, en especial la escultura y la pintura. Estudió dibujo y pintura bajo la dirección de Genaro Pérez Villaamil y es autor de varios cuadros de caballete, según indica Ossorio y Bernard en su Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX. Esta inclinacion se refleja a través de las diversas obras, artículos e incluso cuentos que publicó durante su vida, como la Descripción de la gran basílica del Escorial (1861) o la que es, sin duda, su aportación más conocida: Historia del Real Monasterio de San Lorenzo, comúnmente llamado el Escorial (1857). Su interés por el mundo de las letras, no obstante, no queda aquí: sabemos que fue traductor de diversos autores y obras, como hizo con Mis Memorias de Silvio Pellico –publicadas en La Gaceta de Madrid en 1857– y que, además, participó en la creación del Diccionario fraseológico español-francés y francés español.

 

Las publicaciones de Rotondo –escasas– en El Mundo Pintoresco, entre 1858 y 1860, son tres cuentos de distinto carácter; dos de ellos pueden calificarse como morales y de intención crítica: «La Solterona», que gira en torno a los prejuicios sociales, y «Una cometa», sobre las malas consecuencias de la práctica religiosa. En «Juana de Inglaterra» subyace la curiosidad de Rotondo por la historia. Publicó algún artículo literario («El reino del bello sexo») o de tipo cronístico, como «El Puerto de Agadir». Firmó también una pieza poética –«Epigrama»– y una necrológica dedicada al guía de la construcción arquitectónica y artística que más interés despertó en Antonio Rotondo: «El Ciego del Escorial».

 

Cuentos

 

Antonio Rotondo, «La solterona»El Mundo Pintoresco, I, 21 (29 de agosto de 1858), pp. 164-167.

A. Rotondo, «Juana de Inglaterra»El Mundo Pintoresco, II, 8 (20 de febrero de 1859), pp. 60-62.

Antonio Rotondo, «Una cometa»El Mundo Pintoresco, II, 35 (28 de agosto de 1859), pp. 275-276.

 

Otras colaboraciones

 

A. Rotondo, «Epigrama», El Mundo Pintoresco, I, 19 (15 de agosto de 1858), p. 152. [«Cierto joven tonto y rico...»]

Antonio Rotondo, «El reino del bello sexo», El Mundo Pintoresco, III, 14 (1 abril 1860), pp. 109-110.

Antonio Rotondo, «El puerto de Agadir», El Mundo Pintoresco, III, 17 (22 de abril de 1860), p. 136.

 

                                                                                                                                     Óscar Real

 

Bibliografía consultada

 

Ossorio y Bernard, Manuel, «Antonio Rotondo», en Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Imprenta y litografía de J. Palacios, Madrid, 1903, p. 396.

Ossorio y Bernard, Manuel, «Antonio Rotondo», en Galería bibliográfica de artistas españoles del siglo XIX, Imprenta a cargo de Ramón Moreno, Madrid, 1868, pp. 180-181.

Rodríguez Gutiérrez, Borja, Historia del cuento español (1764-1850), Iberoamericana, Madrid, 2004.

Sociedad Española de la Historia de la Odontología (ed.), «Antonio Rotondo», SEHO, Madrid, 2011 [fecha de consulta: 3 de enero de 2016]. Disponible en: http://www.sociedadseho.com/index.php?enlace=23#rotondo

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