GICES XIX UAB


Ministerio de Ciencia e Innovación

Buscador · Informe de cuentos · «Quien tal hizo, que tal pague, o el asistente de Sevilla »

Título: «Quien tal hizo, que tal pague, o el asistente de Sevilla»
Variantes del título:
Autor: Muñoz y Gaviria, José - (Mun{oz y Gaviria, Jose)
Revistas: Museo de las Familias, XIV, (1856), pp. 9-15, 40-46.
Volúmenes:
Variantes:
Resumen: En 1357, una mañana, Sevilla vive un motín por culpa del hambre, provocada por la dificultad para conseguir pan. Algunos mercaderes y usureros judíos habían acaparado el trigo, incitando un levantamiento contra el rey Pedro I de Castilla –llamado el Cruel por sus adversarios y el Justiciero por sus partidarios–, puesto que eran favorables a su hermano, el conde don Fadrique de Trastamara. Un joven de unos veintidós años, Velázquez, herrero de oficio, guía el pueblo hacia las tahonas, pero allí hay poco pan. Velázquez logra convencer al pueblo de que deben esperar la llegada del rey –estaba aplacando una rebelión de los moros de Granada–. Las calles quedan casi desiertas y anochece, pero dos embozados hablan discretamente: uno de ellos es Nuño, un escudero, y el otro es un conde; ambos están al servicio de don Fadrique. El conde se decepciona por el fracaso del motín y acuerdan con Nuño que este último tiene que matar a Velázquez. También acuerdan verse al día siguiente en Carmona, en casa de maese Romero; si hubiera peligro, Nuño debería hacer una cruz con su puñal en la puerta de la iglesia. Velázquez lo ha escuchado todo, sin que lo vieran, cuando iba a ver a su amada, María, hija del labrador Juan Pascual, en el barrio de Triana, en el camino de Castilleja, y planea adelantarse a Nuño para sorprender a los confabulados. Padre e hija están esperando a Velázquez mientras se ha puesto a llover y oyen como un caballero se cae de su montura. Lo acogen y este les cuenta que se dirigía a Sevilla y que pensaba retomar su viaje, lo que Juan Pascual le desaconseja por ser una ciudad muy peligrosa de noche; asegura que él lograría poner orden si mandara. Llega Velázquez, quien les cuenta vagamente lo sucedido y, viendo que el caballero tenía aspecto de cortesano, le pide hablar con el rey, lo que este le asegura. Al día siguiente, al mediodía, Velázquez va a ver entrar el rey a Sevilla y descubre que es el caballero acogido aquella noche. En un balcón, doña Sol, hija del mercader Alsua, menosprecia, como de costumbre, las galanterías de algunos chicos, a la vez que charla con amigas. El rey encuentra bellísima a doña Sol; incluso se olvida a su amante María Padilla. Velázquez le cuenta lo sucedido al rey, en el alcázar –donde despachaba con su tesorero Samuel Leví–, y es nombrado capitán de una compañía de arqueros para que aquella noche desbaratase la conjura de Carmona. Los comisionados hablan al rey para que solucione la carestía de pan que padece Sevilla; Juan Pascual entra y el rey lo nombra asistente de la ciudad en sustitución del conde de Herrera, con la obligación de acabar con el hambre y restablecer el orden público; le cortarán la cabeza si no lo consigue. Velázquez parte hacia Carmona con cien arqueros y, aunque han procurado ser sigilosos, Nuño los ha estado espiando y sabe lo que traman, por lo que cabalga rápidamente a Carmona y marca la cruz en la puerta de la iglesia. Velázquez se enfada mucho cuando ve que se le han avanzado. Don Fadrique y el conde de Tabira ven la cruz y se encuentran con Nuño, quien les explica lo sucedido y facilita la huida del primero. Matan a los conjurados que estaban en casa de maese Romero; Velázquez lucha con Nuño y lo acaba matando. Juan Pascual le ofrece a Velázquez la mano de su hija. La pareja es muy feliz, recibe la bendición y regalos del rey y se casan. El conde de Tabira es decapitado. Doña Sol, por primera vez, no es insensible a unas declaraciones de amor y se enamora de un supuesto trovador a quien no conoce, que es el rey don Pedro embozado. Un joven, Fernando Enriquez, que había sido despreciado por doña Sol, acude a ver quién es el amante, de quien todos hablan. Despechado, se enfrenta a él y muere; todo lo ve una vieja, Blasa, a quien se le cae un candil a la calle cuando reconoce al rey por el ruido de los huesos de una de sus rodillas al andar –conocía el detalle por la condesa de Peñafiel, aya del rey, a quien había servido–. Juan Pascual investiga quién es el asesino, pero no lo halla; el rey lo amenaza con cortarle la cabeza si no lo encuentra. Termina descubriendo un reguero de aceite en una fachada y habla con Blasa, que resulta ser la nodriza de su hija y quien le permite dar una respuesta al rey, con representación incluida de una comitiva patibularia y descubrimiento de una imagen de don Pedro como asesino. El rey le concede a Juan Pascual que abandone el cargo y a sí mismo el perdón, y también manda poner en la calle del asesinato un busto suyo. Juan Pascual murió feliz tres años después y Velázquez cumplió su palabra y le fue siempre fiel al rey. En 1848, el narrador pasó por la calle del Candilejo de Sevilla y pudo ver aún el busto del rey don Pedro.

Temas, motivos y tipos: Tirano. Judío. Rebelión. Adversario desconocido. Identidad oculta. Conspirador. Muerte violenta. Pena de muerte. Amor. Disfraz. Deducciones sabias. Justicia. Perdón. Recompensa.
Aspectos formales: El cuento está dividido en trece capítulos indicados con números romanos, acompañados de sus respectivos títulos. El narrador es omnisciente y guía al lector en los saltos temporales; es poco dado a la expresión sentimental. Los diálogos son abundantes y muchas secuencias tienen un carácter muy teatral. Aparecen dos textos poéticos: el que recita el rey actuando como un trovador en el capítulo noveno y una estrofa de Ángel Saavedra, el Duque de Rivas, en el decimotercero; esta última trata precisamente de la historia del candil y el busto del rey. Además, el cuento lleva un epígrafe del conde de Fabraquer, padre del autor: «Toda historia tiene algo de novela. / Toda novela tiene algo de historia». La acción principal transcurre en Sevilla y en la localidad cercana de Carmona básicamente en dos días con sus respectivas noches y en la mañana del tercero, aunque culmina tres días más tarde; la peripecia final tiene lugar unos días después y aparentemente se desarrolla en una noche y los dos días siguientes. En el último capítulo se presentan a modo de conclusión hechos sucedidos años después del final del penúltimo, así como otros acontecidos unos años antes de la publicación del cuento y que corresponden a la experiencia del mismo narrador con un resto material de la historia contada (el busto) y con una obra literaria basada en la misma (el poema del Duque de Rivas).

Sección: España romántica
Observaciones: Dos grabados, uno en cada número de la revista (el primero, de Perrichon; el segundo, de Félix Batanero).


Aunque casi siempre se dice que el oficio de Velázquez es herrero, en la primera ocasión se indica que es cerrajero. El apellido de don Fadrique es siempre «Trastamara» y no «Trastámara». Leonor Manrique aparece también como «Leonor de Manrique». Es probable que el conde que habla con Nuño en Sevilla mientras Velázquez los escucha sea el conde de Tabira, que aparece con ese nombre más adelante.

Clasificación genérica: De aventuras. Histórico. Legendario.

Bernat Castro

Imprimir