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Buscador · Informe de cuentos · «La vida de cualquiera »
| Título: | «La vida de cualquiera» |
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| Variantes del título: | |
| Autor: | Rubio, Carlos - (Rubio, Carlos) |
| Revistas: | El Museo Universal, IX, 1 (1 de enero de 1865), pp. 7-8. |
| Volúmenes: | |
| Variantes: | |
| Resumen: | Un alma celestial desciende a la tierra con la intención de «redimir algunos cautivos de su error». Cuenta para ello con la protección de su Ángel, presencia absoluta de su amor. En la misma puerta del mundo, es interceptada por un hombre vestido de negro que le ofrece el filtro del olvido. El alma transige y, una vez apurada la copa, se olvida de inmediato de su naturaleza. Ya en el mundo, el alma se encarna en el joven Juan. Este, ansioso de felicidad, suspira en el templo por lo que cree la visión de su amada. Pero aquella figura difusa entre aromas y humo de incienso no es otra que una pastora que, ante la amenaza de verse abrazada, huye despavorida. Tras este desengaño, Juan sigue con la búsqueda desesperada de su amada angélica. Errando por el campo, da con el castillo de Magdelon, en el que se celebra una bacanal presidida por una dama enmascarada. Esta le estimula a participar de la fiesta. Pero las manzanas de oro que le ofrece rebosan ceniza y el vino de su copa no es otra cosa que sangre. Cuando el joven le quita la máscara a aquel ser misterioso, descubre horrorizado el rostro de una calavera amarillenta. Huyendo de aquella morada de pesadilla, Juan se topa de nuevo en su camino con otro palacio, esta vez el de la gloria. Pero en su interior todo parece desvanecerse en voces que repiten las palabras del Eclesiastés condenando «la vanidad de vanidades» de la humanidad entera, mientras la señora de palacio toma la forma de un fuego fatuo y sus amantes se convierten en gusanos de luz. Sin volver todavía de su asombro, nuestro protagonista divisa el trono de la Ambición, y esta, dirigiéndose a Juan y mostrándole el tonel de las Danaides, le dice que solo encontrará la felicidad si es capaz de llenarlo de agua. En este imposible trance se encuentra el atribulado joven, cuando, de improviso, una anciana enlutada, cogiéndole de la mano, promete llevarle al lugar donde se encuentra su amada. Cuando están solos, la mujer reprende a Juan por su obcecación y empecinamiento, recabando que si desde un buen comienzo hubiera procurado hacer feliz a los demás en vez de hacerse feliz a sí mismo, hubiera encontrado la paz de su espíritu muy pronto, puesto que ―sentencia aquella misteriosa mujer― «tu amada es la felicidad». Al fin, ante el asombro y la alegría de Juan, aquella mujer se quita el antifaz: «la misteriosa dama era su amada, su Ángel soñado, aquella por quien tanto había sufrido y a quien ya desesperaba de encontrar». |
| Temas, motivos y tipos: | Felicidad. Amor. Quête. Viaje maravilloso. Máscara. Virtud cristiana. |
| Aspectos formales: | El cuento está dividido con tres capítulos marcados con números romanos, de los cuales el tercero, de solo tres líneas, funciona como apelación al lector. La voz narrativa recae sobre un narrador omnisciente propenso en el comienzo y final del cuento a la digresión de tipo moral. Los personajes son puras representaciones abstractas (ambición, placer, felicidad…). La indefinición de espacio y tiempo se corresponde con el carácter maravilloso de la acción dramática, así como las escenas escalonadas y centradas en el Cielo y los palacios de Magdelon y de la Gloria. La moraleja se sustancia en el final del segundo capítulo: la felicidad individual parte de hacer el feliz al prójimo. |
| Sección: | |
| Observaciones: | |
| Clasificación genérica: | Alegórico. Maravilloso. Moral. |
Jaume Pont |
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