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Buscador · Informe de cuentos · «Un extranjero en Vergara »

Título: «Un extranjero en Vergara»
Variantes del título:
Autor: Anónimo - (Anonimo)
Revistas: Semanario Pintoresco Español, -, 34 (20 de agosto de 1854), pp. 265-267.
Volúmenes:
Variantes:
Resumen: El protagonista es un joven rico inglés, llamado M. Bloodman, de carácter apacible pero con una rareza en su carácter, y es que le atraen sobremanera las «escenas de horror»: degollinas, tormentos, duelos, ejecuciones... Decide viajar a España, «país clásico de las sensaciones trágicas» con el fin de vivir lo que supone el día a día de esta tierra: corridas de toros en las que siempre acaba corneado el lidiador, autos de fe, alzamientos en los que los soldados «se meriendan a los niños fritos con pimientos y tomates». Llega a Bilbao sobre el 27 o 28 de agosto de 1839 en medio de los rumores de la paz entre carlistas e isabelinos. M. Bloodman pasea por las calles de la ciudad y se extraña de ver que «nadie se apaleaba ni se acuchillaba por las calles; no había habido una sola ejecución en mucho tiempo» y que la tranquilidad reinaba a su alrededor. Como no es esta la España que él iba buscando, decide ir al interior a encontrarla. Alquila caballería y a un mozo que le ayude, y sale de viaje por esos caminos en los que él cree ver bandoleros donde hay campesinos y ahorcados donde solo hay espantapájaros. Tropieza en su camino con dos jóvenes con los que traba conversación y el apellido de uno de ellos, Verdugo, y su conversación son inmediatamente malinterpretados por M. Bloodman. Finalmente llegan a un desfiladero por donde ven discurrir una multitud de soldados que se encaminan a un mismo punto: era el campo de Vergara el 31 de agosto de 1839. Nuestro inglés, cual don Quijote, cree ver dos ejércitos que se van a acometer e intenta impedirlo. Herido, cae al suelo, y recuperado del desmayo le explican que no ha asistido a una batalla sino al abrazo que sellaba la paz entre Espartero y Maroto. Decepcionado recupera su montura y se marcha, parece ser que para pasar el estrecho y buscar en Marruecos las «escenas de horror» que no ha encontrado en España.

Temas, motivos y tipos: Parodia de la literatura romántica. Quijotismo.
Aspectos formales: El cuento se centra en un hecho histórico del siglo XIX: el llamado «Abrazo de Vergara» que tuvo lugar en 31 de Agosto de 1839, pero lo que más le interesa al autor es el retrato del protagonista. El narrador es una tercera persona omnisciente que no duda en hacer comentarios irónicos sobre el protagonista, que empiezan ya con el nombre: es un joven cuyo deleite «consistía en las escenas de horror», a quien gusta detenerse en la «descripción de aquellas degollinas en que anduvieron los israelitas» y que considera sus treinta años de vida perdidos por que aún no ha visto «un reo de muerte», «una guillotina» ni ha llegado a comprender «el modo que tienen de empalar los musulmanes»; y este personaje lo llama «Mr. Bloodman». Se procura asimismo la complicidad del lector apelando a él directamente: «Ya conocerán nuestros lectores que en el diccionario del murmurante españolada era sinónimo de barbaridad». La narración tiene algunos ecos cervantinos; así empieza: «En una corta población de un condado interior de Inglaterra, cuyo nombre por lo revesado no acierto a pronunciar ni a escribir...»; o la confusión, el «error a los ojos» del protagonista que desde un alto observa a los ejércitos y cree que está ante una batalla y no ante un encuentro de reconciliación, escena que recuerda mucho a la aventura de los rebaños del capítulo XVIII de la primera parte del Quijote.

Sección:
Observaciones: El cuento no está registrado en el Catálogo de Simón-Díaz.

Clasificación genérica: Histórico. Humorístico.

María Jesús Amores

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