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Ministerio de Ciencia e Innovación

Buscador · Informe de cuentos · «Los últimos amores »

Título: «Los últimos amores»
Variantes del título:
Autor: Romero y Larrañaga, Gregorio - (Romero y Larran{aga, Gregorio)
Revistas: Semanario Pintoresco Español, -, 7, 8, 9, 10 (18 de febrero de 1849; 25 de febrero de 1849; 4 de marzo de 1849; 11 de marzo de 1849), pp. 52-55, 59-61, 68-70, 74-76.
Volúmenes:
Variantes:
Resumen: Estamos en Madrid, en 1680, adonde está a punto de entrar la reina María Luisa de Borbón, esposa de Carlos II. El paje Tomasillo entra en la taberna del señor Juan, que está ocupado en aguar el vino que ha de servir a la clientela. Tomasillo trae un recado de su amo, don Diego, de quien sabremos por el vinatero que es un seductor sin escrúpulos. El huésped parece incómodo con el paje, que es un tipo chocarrero y satírico. Y es que don Juan está a punto de casarse con Mariquilla Antonia, hija de una bruja y sobrina de una dueña, a la que el paje ronda desde hace tiempo. Tomasillo, furioso, se autoinvita a la fiesta de la boda con la intención de arrullar insolentemente a los recién casados. Antes de marcharse, cumple con las órdenes de su amo y paga al señor Juan para que contrate los servicios de un bravo.


La acción pasa a la calle. Allí se agolpa la multitud que aguarda la entrada de la Reina. Mezclados con ella están tres amigos: don Diego, don Fadrique y don Gonzalo. Don Diego, que cree en la fatalidad del destino, cuenta que una dueña adivina, Quiteria, le había pronosticado tiempo atrás que sus amores iban a ser trágicos y que, cuando amase de verdad, aquellos serían sus «últimos amores», que no llegaría a gozar. Refiere entonces cómo se han ido cumpliendo las predicciones y manifiesta su propósito de desmentir los augurios de la dueña haciendo suya a Serafina, a la que ama. En esto, el caballo de una de las damas que siguen el cortejo, sobrina del marqués de Jódar, se desboca, pero es contenido por un joven apuesto, don Álvaro de Figueroa. Don Diego se enfurece, arroja su guante a don Álvaro y se despide de sus amigos. Poco después, don Diego, Tomasillo y una cuadrilla de bravos aguardan apostados junto a la mansión del marqués de Jódar la salida de don Álvaro, mientras, en el interior, se conciertan las bodas de la sobrina del marqués, la honesta Serafina, con su apuesto salvador. Serafina, que se ha criado junto a la dueña Quiteria, es supersticiosa en amores. Afuera suena una serenata, el marqués se enfurece, manda a sus hombres y tiene lugar una reyerta, pronto dispersada por la ronda, en la que resulta herido don Diego. El marqués teme por la reputación de su familia y por la vida de don Álvaro, al que ofrece cobijo por unas noches.


Al día siguiente se comenta el caso en la taberna del señor Juan, donde Tomasillo, Quiteria y Mariquilla se conciertan para ayudar a don Diego. Mariquilla, que desea al paje Tomasillo, pasará temporalmente al servicio de Serafina, aprovechando que su marido ha de ausentarse por negocios. Así las cosas, un tiempo después el marqués ha de marcharse a Aranjuez, pero teme por la suerte de su sobrina, que acaba de ser nombrada camarista de la Reina. Preocupado, trata de que Quiteria lo informe sobre Tomasillo y Mariquilla, nuevos entre la servidumbre de la casa. Aquella misma noche, mientras Serafina está rezando en el oratorio, Quiteria finge un desmayo y don Diego se cuela en el aposento. Afortunadamente, el marqués oye el ruido y se presenta en la escena con la espada desenvainada. A pesar del fracaso, Don Diego no desiste y una tarde en que el paje anda jugando a la gallina ciega, llega y se une a sus cómplices. Entonces, desde donde están, observan en la lejanía cómo el caballo de Serafina, que galopa junto a la Reina, la arroja contra unas piedras al intentar saltar una zanja. Serafina resulta herida de muerte. Es la víspera de su boda y don Álvaro y el marqués la acompañan en el trance. Don Álvaro cuenta que Quiteria, a su vez, le ha referido que la caída ha sido a consecuencia de un siniestro plan de rapto organizado por don Diego. Muerta la dama, sus deudos acuden a retar al seductor. Pero este ha enloquecido, dos lágrimas de sangre surcan sus mejillas y, tras ser abofeteado por don Álvaro, cae estupidizado y loco en un sillón. Se cumple así el hado. El marqués y don Álvaro parten a Flandes. Quiteria ingresa en un convento para expiar su falta. Don Diego muere al poco tiempo y deja su fortuna a Tomasillo, el cual se fuga con Mariquilla y vive alegremente hasta que se queda sin fondos. Vuelve, entonces, a su antiguo oficio de escudero y Mariquilla es de nuevo recibida en la taberna por el cornudo de don Juan


 

Temas, motivos y tipos: Don Juan. Criado listo. Matrimonio de conveniencia. El viejo y la niña. Superstición. Celestina. Premonición. Mujer angelical. Muerte. Locura. Marido engañado.
Aspectos formales: Narración dividida en siete capítulos numerados en romanos y una conclusión. Es de construcción teatral, con predominio de la escena y un uso hábil de la descripción desde la perspectiva del personaje. A la manera de la comedia áurea, presenta una trama amorosa doble, por la que los amores trágicos de los protagonistas nobles se reflejan en clave burlesca en las relaciones de los plebeyos. El narrador principal, omnisciente y subjetivo, muestra su gusto por el cuadro patético y la elipsis, y cede con frecuencia la voz a diversos narratarios, con el consiguiente efecto perspectivista.


 


 

Sección:
Observaciones: Hay un único grabado en la tercera entrega. Representa a don Diego.

Clasificación genérica: Histórico. Humorístico. Moral. Sentimental.

Teresa Barjau

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