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Buscador · Informe de cuentos · «Una boda por el sistema de insaculación »

Título: «Una boda por el sistema de insaculación»
Variantes del título:
Autor: Real de Mendoza, Ramón - ()
Revistas: El Mundo Pintoresco, III, 34, 35 (19 de agosto de 1860; 26 de agosto de 1860), pp. 267-270, 274-275.
Volúmenes:
Variantes:
Resumen: Luis y Andrés se reencuentran después de largo espacio de tiempo: Andrés confiesa a su amigo que se siente abrumado, y que no es debido precisamente a su cargo militar. Luis le advierte que su caso era previsible: él mismo decidió quitarse la libertad y resulta lógico que ahora se encuentre «encadenado». Acto seguido, Andrés se marcha y Luis descubre a un amigo suyo en la misma taberna en que se encontraban. El sujeto pregunta a Luis por sus planes de boda, éste le contesta que a «paso de tortuga», argumentando que para un evento así hay que ir despacio para poder organizarlo bien y no dudar de ello; en caso de que se haga de manera contraria, puede ocurrir lo mismo que le sucedió a Andrés. El amigo de Luis, extrañado, le pide que le cuente el caso de su amigo Andrés.


Era este un joven «calavera» y de buena planta que con veinte años pudo conseguir el título de primer teniente; título, que por aquel entonces ya poseía Luis. Era conocido en su círculo de amistades como pícaro que conseguía el favor de las mujeres con su gracia; aunque, en ningún momento, se planteó nada de manera seria. Un día, mientras estaban reunidos los compañeros de oficio, Andrés decide hacer algo que deja a todos anonadados: casarse. Pero ni él ni nadie sabe con quién va a celebrar su matrimonio. Andrés escoge por sorteo a su futura mujer, a quien esa misma tarde irá a pedir su mano tanto a ella como a su familia. Para elegir a la esposa decide apuntar el nombre de las jóvenes que selecciona su patrona, llama a un muchacho que se encontraba por allí y le pide que saque uno de los  pedazos de papel. La seleccionada es una tal Julia y Andrés, sin dudarlo, les promete que cuando vuelva ya conocerá la respuesta a su petición. Así se cumple: con el sí de su amada y de su padre, quien se muestra algo disconforme, porque le resulta extraño que sin conocerse puedan llegar a casarse, y con los informes que solicita al oficial de Andrés, afirma al círculo de amigos –que le toman por loco– que la boda se va a efectuar. Sin embargo, las circunstancias del oficio de Andrés no lo van a permitir todavía: de Burgos es enviado a Barcelona. Ello supone el distanciamiento de los dos enamorados, que se comprometen a casarse en cuanto la petición al oficial sea confirmada. Mientras, Andrés hace caso omiso a las cartas que le llegan de Julia, justificándose con que no importa contestarle: cuando obtengan el permiso, volverá a Burgos para que se lleve a cabo el matrimonio. Finalmente, la petición es aceptada y Andrés regresa. A su llegada, se encuentra con un problema: Julia ha sido pedida por otro hombre y su padre, que sabe que no ha contestado a su hija durante los dos meses que ha estado fuera, concluye que debe ser ella quien decida su futuro. Andrés acepta tal decisión. Julia, al día siguiente, resuelve que será Andrés su marido y, finalmente, se casan... hasta el día de la conversación entre Luis y su amigo en la taberna.


Luis apela, por tanto, al caso de Andrés como ejemplo para defender que el casarse de esta manera lo único que conlleva es que el amor se enfríe, porque por este motivo, Julia y Andrés no duermen ya bajo el mismo techo.

Temas, motivos y tipos: Amistad. Burla. Matrimonio. Desengaño amoroso. Amor no correspondido. Estupidez.
Aspectos formales: En el cuento, dividido en cuatro partes, predomina principalmente el diálogo, puesto que el narrador es también un personaje, amigo de Luis, a quien le cuenta la historia de Andrés y, por tanto, participa en ellos. El estilo es sencillo: léxico comprensible, escasez de recursos literarios, escenas exageradas, alguna que otra descripción no muy extensa y, en resumidas cuentas, de lectura rápida. A la manera de Mauricio de «El amante corto de vista» de Ramón de Mesonero Romanos, Real de Mendoza construye un personaje ridículo, Andrés, con una clara intención burlesca y cierto tono moral.

Sección:
Observaciones:
Clasificación genérica: Costumbrista.

Óscar Real

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